Vix pervenit: Sobre la usura y otros beneficios deshonestos es una encíclica, promulgada por el papa Obispo de Roma Benedicto XIV el 1 de noviembre de 1745, el cual condenó la práctica de cobrar interés en préstamos como usura. La encíclica estuvo dirigida a los Obispos de Italia, es generalmente considerado no ex cátedra.[1] La Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede aplicó la encíclica a la totalidad de la Iglesia católica el 29 de julio de 1836, durante el reinado del obispo de Roma Gregorio XVI.[2][1]
La encíclica codifica las enseñanzas de la Iglesia que datan de los concilios ecuménicos, a la vez cuándo filosofía escolástica (la cual no consideraba el dinero como entrada productiva) cada vez más venía a conflicto con capitalismo. El obispo de Roma Francisco, en su catequesis del Miércoles de Ceniza en el 2016, refiriéndose a la usura y tomando Levítico 25, 36 dijo: "Esta enseñanza es siempre actual. ¡Cuántas situaciones de usura estamos obligados a ver y cuánto sufrimiento y angustia llevan a las familias! Es un grave pecado que grita en la presencia de Dios!"